jueves, 22 de marzo de 2007
"Entrevista con el Bofill" de Anita Arroz
LaVanguardia, Hoy:
Llàtzer Moix- "Su ampliación olímpica usaba un lenguaje arquitectónico neoclásico. La terminal Sur usa un lenguaje más tecnológico. ¿Por qué?"
R. Bofill- "En 45 años de profesión he empleado distintos lenguajes. Pasé por el racionalismo crítico, por el posmodernismo. Y en la época olímpica practiqué un clasicismo moderno, con obras en Barcelona como el TNC, el INEF o la ampliación del aeropuerto. Permítame ser un poco presuntuoso: en términos de lenguaje arquitectónico, prefiero anticiparme y usarlo antes de que tenga nombre. Ya se lo darán los críticos."
Presuntuoso dice...El autor de un invernadero en pleno centro geométrico de Barcelona usado a menudo como hall de un teatro ( no quiero ni imaginarme lo que debe consumir en AC "eso" )...y si os da igual lo que consuma, rezar por no morir bajando las escaleras de la Sala Gran, desproporcionadas y mal señalizadas. Clasicismo moderno no, historicismo literal, autista con la evolución de la cultura y la sociedad.
Su cenit con su Walden mereció éste comentario de Frampton: "Walden 7 marcó un desafortunado límite donde lo que inicialmente era un impulso crítico degeneró en una escenografía sumamente fotogénica...Es la arquitectura del narcisismo por excelencia, ya que la retórica formal se orienta hacia la moda de prestigio y hacia la mística de la extravagante personalidad de Bofill. La utopía mediterránea y hedonista a la que aspiraba Walden 7 se viene abajo tras un examen más detenido..."
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